Me halle sola en medio de la nada,
Con un frío atroz, envuelta en sombras.
Me levante en silencio,
Caminando sin observar nada,
Sin saber donde estaba…
Vi una luz que se acercaba
Y en silencio me rodeo,
Me acarició, y me abrazó…
Cuando recupere el aliento, volví al interior
Y todo era luz y resplandor.
Abrí mis ojos cual niña indefensa
Y al tocar a aquella luz,
De mi salió una sombra.
Sombra que era tan indefensa como yo,
Imitaba mis movimientos y me incitaba a más.
Cuando le tome la mano,
Sentí que me sostuvo del brazo
Y al imitarla, me vi bailando a su lado…
Con poca destreza me deje llevar.
Y baile con mi sombra en un solo
que nadie conoce,
en un solo que soporte
mientras que me llevaba a su morada,
me hizo cantar, me hizo llenarme de valor
y sin sentir, me capturaba mi voz
cada vez mas presa de su encanto,
detalle su mirada, mi mirada…
aquella que no temía pero abrumaba,
sentí su piel, mi piel…
aquella delicada piel que la envolvía
mientras que la poseía…
y cuando me atreví a sentir su calor,
me di cuenta que no tenia mi voz, ni mi piel
ni mis sentidos, ni mi sentir…
y abrazándome, me dijo que tenía que vivir
y cuando me mire, yo ya no estaba
puesto que aquella sombra que había salido de mi
ahora era yo y sin razón se reía.
Ahora yo era solo una sombra que la perseguía,
Así como ella conmigo lo hacía.
Y cuando abrió aquella puerta,
Ella desapareció al mundo
Y yo me esfumé cuando se acabó la luz de aquella habitación.