La luna desde lo alto
dirige su mirada a todos lados
y entre la sombra de los lechos vacios
se encuentra una joven en el olvido
con una lagrima en la mejilla, unido por un suspiro.
No llores niña, le susurraba
no llores entre flores marchitas,
mirame niña, le decía desde arriba la luna
no llores niña, no escondas entre tus manos tu cara.
Yo entiendo tu llanto,
has perdido algo amado
y de él te han separado
y sólo con lágrimas te han dejado.
Deja niña tu llanto
me encargaré de darle tus suspiros
entre vientos muy lejanos
le daré tus pequeños recados.
"Niña alza la mirada
y deja que salga tu última lágrima
no llores más" decía la luna intranquila
mientras que salía la luz del día.
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